Los atentados del 11 de septiembre 2001, fueron los primeros ataques de
gran envergadura que sufre el territorio de Estados Unidos tras la Segunda
Guerra Mundial, dejando alrededor de 3 mil muertos, más de 6 mil
heridos y afectando las Torres Gemela y el Pentágono.
Dichos ataques atribuidos a Al Qaeda, la organización radical
islámica fundada por Ossama Bin Laden se convirtieron en un "cheque
en blanco" para EEUU llevar a cabo la invasión a Irak en el 2003.
La Administración Bush se enfocó en invadir a Irak bajo la premisa de
que Saddam Hussein poseía armas químicas y que estas podían caer en manos de
Ossama Bin Laden y los demás miembros de Al Qaeda.
Sin embargo, dos elementos derrumbaban dicho presupuesto, 1) el régimen
dictatorial de Saddam Hussein era secular, por tanto, no promovía o apoyaba a
grupos religiosos islámicos. 2) Irak tras la Guerra del Golfo 1991 fue sometida
a un proceso riguroso de inspección través de la Misión de las Naciones Unidas
Encargada de Controlar el Desarme de Irak (UNSCOM), lo que imposibilitaba que
pudiese ocultar o desarrollar armas de destrucción masiva.
Es oportuno indicar que gran parte de los actores de la comunidad
internacional y en especial potencias aliadas de Estados Unidos como Francia y
Alemania, estaban consciente de que la Irak de Saddam no constituía una amenaza
para los Estados Unidos ni para Occidente, por lo que se
opusieron determinantemente a la invasión del 2003, provocando
incluso un fuerte roce diplomático, luego de que el secretario de
Defensa de EEUU, Donald Rumsfeld , llamara a Francia y Alemania, de
manera despectiva como la "vieja Europa".
Tras los ataques del 11 del septiembre, la Administración Bush, asumió
la doctrina de la "guerra preventiva" bajo un esquema de
unilateralismo, afectando la legitimidad de las organizaciones internacionales
creadas luego de la Segunda Guerra Mundial.
En marzo del 2003, EEUU junto a Reino Unido, acompañado a un
pequeño grupo de países invadieron a Irak contra viento y
marea.
Si bien la invasión a Irak terminó con el régimen de Saddam Hussein, el
país quedó sumido en el caos y alborde una guerra civil entre grupos
religiosos, que todavía se disputan el control del poder tras la caída del
dictador iraquí.
Aunque derrocar el régimen de Saddam, fue relativamente fácil, no fue lo
mismo con el control del territorio, en el que miles de soldados de EEUU y sus
aliados murieron o fueron lesionados gravemente.
Finalmente, se debe señalar, que el surgimiento del mayor grupo radical
islámico en estos momentos, el Estado Islámico (ISIS) que ha llevado ataques en
Francia, Reino Unido, Alemania, entre otros países y que controla un territorio
importante entre Irak y Siria, surgió como consecuencia de la invasión a Irak
en el 2003, por lo que 16 años después de los ataques del 11 de septiembre del
2001, se observa que los errores cometidos por EEUU en la lucha contra el
terrorismo mantienen un planeta más inseguro y más expuesto a los ataques por
parte de grupos radicales islámicos.